Todavía tengo los ojos cerrados en un sueño que solo conoce fronteras inalcanzables, un extenso y amorfo plano luminoso repleto de sentidos silenciosos.
Todos los colores se hacen puntos que giran en el aire, brillan mientras flotan en un sonido emanado por la mente. La lengua adormecida y la belleza fluyendo sin dudas de por medio, no existen distancias ni los límites de la piel. La respiración se hace una, se convierte en el ritmo del todo, y ahora, cada exhalación marca cuanto dura un segundo.
César Aira - El reverso de las nubes
Hace 2 días